Cuarto día. Roma Imperial
Este día lo vamos a dedicar a visitar los restos arqueológicos de la Roma imperial. El Coliseo, el Foro, Palatino, los Museos Capitolinos... Significaba un cambio radical, especialmente para nuestra peque, que ya empezaba a refunfuñar ante la sola idea de visitar alguna iglesia: "Jo, papi, si son todas iguales...", era su queja cuando nos plantábamos delante de otra basílica.
Por eso, teníamos la esperanza de que la ruta de hoy fuese más amena para ella. Como siempre, desayuno en el hotel, y a la estación de metro de Barberini para tomar la línea B hasta Colosseo.
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El Coliseo de Roma |
Y ahí estamos, delante del Anfiteatro Flavio. Comenzó su construcción el emperador Vespasiano y lo inauguró su hijo Tito en el año 80. Su nombre actual de Coliseo hace referencia a una estatua colosal de Nerón, que estaba situada en la Domus Aurea, delante del anfiteatro. En su construcción se emplearon diversos materiales, como travertino, madera, estuco o piedra. Contaba con ochenta filas de gradas, con una capacidad total de 65.000 espectadores.
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Las "Gladiadoras" |
Se pueden visitar los tres niveles de gradas, además de bajar al nivel de la arena, donde peleaban los gladiadores, y a las galerías por debajo del entarimado, donde se encuentran las jaulas para las fieras y las dependencias de los luchadores.
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Vista de las gradas |
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Galerías inferiores. Al fondo, parte de la tarima sobre la que estaba la arena |
La entrada para el Coliseo también te da acceso al Foro y al Palatino, situados a pocos metros de distancia. Pero entre ellos se encuentra otro de los hitos del arte romano, el Arco de Constantino.
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El Arco de Constantino visto desde el Coliseo |
El arco fue erigido en el año 315 para conmemorar la victoria del emperador Constantino en la batalla de Puente Milvio. Se construyó aprovechando materiales de otros edificios, mármol en la parte inferior y ladrillo revestido de mármol en la parte alta.
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Arco de Constantino |
La siguiente etapa nos llevaba a la entrada sur del Foro Romano. Tras el pertinente control de billetes y de seguridad, te encuentras frente a frente con otro de los más famosos arcos de triunfo romanos, el del emperador Tito. Fue construido por Domiciano hacia el año 82 para conmemorar la victoria de su hermano Tito en Jerusalén, y ha servido de modelo para muchos arcos posteriores, como el Arco de Triunfo de París.
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Arco de Tito |
A partir de aquí se enfila la Via Sacra, la avenida que atraviesa el Foro de lado a lado. Templos, basílicas y otros restos de la vida cotidiana de Roma se ubican a ambos lados de la avenida procesional.
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Templo de Cástor y Pólux |
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Templo de Venus y Roma |
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Templo de Antonino y Faustina |
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Columna de Focas y Templo de Saturno |
Al final de la Via Sacra se encuentra el Arco de Septimio Severo, erigido en el año 203 para celebrar las victorias de Severo y sus hijos Caracalla y Geta sobre los partos. Está construido en mármol blanco, y consta de un arco central flanqueado por otros dos más pequeños.
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Arco de Septimio Severo |
Una vez terminado el paseo por el Foro, tocaba visitar el Palatino, la colina donde se hallaba la residencia oficial de los emperadores romanos. Aquí estaba la cueva donde vivía la loba Luperca, que amamantó a Rómulo y Remo, los fundadores de Roma.
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Palatino |
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Excavaciones del Palatino |
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El Palatino desde el Foro |
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Domus Severiana |
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Palacio Imperial de Domiciano |
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Estadio Palatino |
Desde lo alto de la colina del Palatino se puede contemplar el lugar que ocupó el Circo Máximo, hoy convertido en parque y lugar de celebración de conciertos.
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Circo Máximo |
Para comer, hoy tocaba comida italiana, ¡por supuesto!. Así que nos sentamos en la terraza del ristorante Pizza Forum, a pocos metros del Coliseo, donde dimos buena cuenta de un menú más que correcto: Spaguetti Carbonara, Lasagna, Spaguetti Aglio olio e Insalata Colorata.
La tarde comienza con la visita a la Carcere Mamertino, la cárcel de Estado donde se encerraba a los enemigos de Roma antes de ser juzgados o ajusticiados. En una placa se relacionan los principales personajes que pasaron por la celda subterránea: San Pedro, San Pablo, Vercingetórix, Sejano, Yugurta...
Imágenes de la Carcere Mamertino: celda, frescos
en la pared, placa con los nombres de presos famosos y esqueleto descubierto en la cárcel.

La cárcel Mamertina o Tullianum se encuentra al pie del monte Capitolino, así que tras echar un último vistazo al Foro, subimos hacia la plaza del Campidoglio, donde están los Museos Capitolinos, los museos municipales de la ciudad de Roma.
En la esquina de la plaza encontramos la reproducción de la escultura de la Loba Capitolina amamantando a Rómulo y Remo. El original se halla en el interior de los museos...
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Escultura original |
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Réplica de la loba amamantando a los fundadores de Roma |
Los museos están situados en dos palacios, el Palacio de los Conservadores y el Palacio Nuevo, y contienen una importante colección de bronces, cerámica, medallas y pintura. Destacan además de la escultura de la Loba Capitolina, la de Marco Aurelio a caballo, el Gálata moribundo, el Espinario, obras de Caravaggio, Pietro de Cortona, Rubens y muchas más.
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Patio de los Museos |
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Spinario |
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Estatua ecuestre de Marco Aurelio |
En el centro de la Piazza di Campidoglio se puede admirar una réplica de la estatua ecuestre de Marco Aurelio. El original está en el patio del Palacio de los Conservadores llamado La Exedra de Marco Aurelio.
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Entradas de los Museos Capitolinos |
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Folleto de los Museos Capitolinos |
Para terminar la tarde, nos acercamos a la iglesia de Santa Maria in Cosmedin, donde se encuentra la Boca de la Verdad. Llegamos cinco minutos tarde, y la iglesia estaba cerrada, así que tendríamos que volver en otro momento. Nos dirigimos hacia el centro de Roma para pasar de nuevo por uno de nuestros sitios favoritos, la Fontana di Trevi, abarrotada de gente como siempre. Después de la visita a la figura de Océano dominando las aguas, nos fuimos a cenar. Hoy volvía a elegir el menú la pequeña de la familia, y su opción fue hamburguesa, patatas fritas y refresco en The Good Burguer. Acabada la cena, paseo hasta el hotel, y a descansar hasta el día siguiente, que íbamos a dedicar a visitar iglesias y más iglesias.
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